Buena tipo: parte 7. Una buena tipografía viaja por todo el mundo.

Es más necesario que nunca que la tipografía viaje. Para muchas marcas, tener presencia en todo el mundo es una necesidad, por lo que sus tipos de letras deben hablar suficientes idiomas como para trabajar de forma internacional.

Sin embargo, no es una solución sencilla, y llevar tu tono y mensajes a nuevos mercados puede ser un desafío. En el mundo se hablan multitud de idiomas que deben tenerse en cuenta: por ejemplo, Singapur tiene cuatro idiomas oficiales, Sudáfrica once y la India 22.

Además, la traducción no es una tarea fácil, ya que la jerga, el humor y el lenguaje informal están cargados de idiosincrasias locales y culturales. Hasta el color puede ser motivo de división; por eso el sitio web de McDonald’s no es rojo en todo el mundo (en China es negro y en Italia verde).

Las fuentes compatibles con varios idiomas también son complejas. El diseño de tipografías es un ámbito de conocimiento muy específico, pero que suele estar restringido a la lengua materna. Los nuevos idiomas suponen multitud de retos, no solo en lo que respecta a aprender el vocabulario, sino también a la dirección en la que se leen las palabras. Cuando llegamos a la edad adulta, ya tenemos integrada la tendencia a leer de izquierda a derecha o de derecha a izquierda. El sesgo de la dirección de lectura influye en cómo percibimos e imaginamos el mundo e incluso en cómo esperamos que funcionen ciertas cosas, como los sitios web y los dispositivos electrónicos.

Teniendo en cuenta la complejidad del lenguaje, no es ninguna sorpresa que las tipografías que admiten una gran cantidad de idiomas, como SST de Akira Kobayashi (que admite 93 idiomas y ocho scripts), no sean la norma, sino la excepción. Es posible que los equipos de diseño encuentren tipos de letras que admitan algunos idiomas y conjuntos de caracteres extra, pero a la hora de mantener la actividad empresarial en todo el mundo, el emparejamiento de fuentes suele ser la mejor opción.

Es un tema sobre el que se ha hablado ampliamente y que causa cierta preocupación en el sector. Jamie Neely, director de diseño de productos de Monotype, afirma que, para quienes diseñan, elegir una fuente complementaria suele ser una cuestión de instinto. Olvídate de las clasificaciones y los aspectos técnicos de las fuentes. Céntrate en la forma del tipo de letra en sí.

Por ejemplo, una fuente como Futura, con variaciones mínimas entre las opciones gruesa y fina, funcionaría a la perfección con Tazugane, que tiene formas similares en japonés. Un tipo de letra como FF Meta, que está muy comprimida, podría ir bien con una árabe que tenga el mismo nivel de compresión. Fijarse en el ritmo de una tipografía también puede ayudar a encontrar un diseño complementario que armonice con él en otro idioma.

Neely también recomienda preguntar directamente a especialistas, que normalmente podrán recomendar una opción complementaria. Por ejemplo, Nadine Chahine sugiere usar Carter, de Matthew Carter, si se necesita un equivalente latino a su tipo de letra Amariya en árabe. Desde el punto de vista práctico, cuando no se tiene claro qué es lo que ofrece exactamente un tipo de letra, se puede usar una herramienta como Underware.nl, que analiza las fuentes e informa de qué compatibilidad con idiomas ofrece exactamente.

No te pierdas las novedades de la serie Buena tipo. Vídeo grabado en directo en Adobe MAX 2017.

Una buena tipografía viaja por todo el mundo.
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