Las cuatro cuestiones más importantes a la hora de elegir una fuente para un nuevo sitio web o aplicación.

« Elegir un tipo es como elegir a un o una representante que trabajará para ti las veinticuatro horas del día, todos los días del año. »

¿Vas a lanzar un nuevo sitio web o aplicación? La fuente que elijas será la clave del éxito. A continuación, te explicamos cómo evaluar la legibilidad, la coherencia, el rendimiento y la vida útil de una fuente.

Lanzar un nuevo sitio web o aplicación es un gran proyecto en el que hay que tener muchos aspectos en cuenta, desde la arquitectura hasta el texto y las imágenes, pasando por la paleta de colores. Una de las cuestiones que requiere especial atención es la elección de la fuente. Esto se debe a dos motivos: la coherencia de marca y la futura viabilidad de las operaciones de la misma.

Los tipos son la expresión visual de las marcas. Elegir un tipo es como elegir a un o una representante que trabajará para ti las veinticuatro horas del día, todos los días del año. Nunca elegiríamos a alguien mediocre, sin buena presencia y cuyos valores no se alinearan con los nuestros. Por esa misma razón, la fuente que elijas tampoco debe ser mediocre ni carecer de buena presencia. La fuente perfecta será aquella que refleje la filosofía, los valores y el espíritu de tu marca en los saturados espacios digitales. Además, será lo suficientemente flexible como para contribuir a la coherencia de la marca en las distintas plataformas o regiones, y sus condiciones de licencia te permitirán utilizarla durante mucho tiempo.

Sabiendo esto, ¿cómo puedes elegir la fuente adecuada para tu sitio web o aplicación? La clave es saber quién eres y cómo quieres que te perciban. Es igual que elegir ropa. Como ocurre con la moda, la tipografía comunica propósitos, sentimientos, estados de ánimo e intenciones. El aspecto del lenguaje afecta a la interpretación del lector o la lectora. Si sabes quién eres como marca, encontrar el tipo adecuado te resultará bastante más fácil. ¿A quién te diriges? ¿Y cómo quieres que ese público te perciba? Cuéntale la historia de tu marca a un especialista en tipografía para que te oriente sobre los tipos de letras adecuadas. Lee libros sobre tipografía (Pensar con tipos de Ellen Lupton es un buen punto de partida) para descubrir temas e ideas que te llevarán a buscar más libros e información. Disfrutarás más si emprendes la búsqueda de fuentes como un proceso de descubrimiento de un abanico de posibilidades, y no de una única fuente perfecta.

En el camino, ten en cuenta estos cuatro atributos tipográficos fundamentales para el éxito del lanzamiento de un sitio web o una aplicación: legibilidad, coherencia en todos los medios y soportes, rendimiento y vida útil.

Legibilidad: mucho más que facilidad de lectura.

El mínimo aceptable es dar con una fuente que sea fácil de leer. Pero debes apuntar más alto y encontrar una fuente que transmita ideas a la perfección. Las fuentes legibles comparten 14 características clave:

  1. Remate. Con la llegada de la tipografía digital en la década de los ochenta, se diseñaron algunas fuentes específicamente para pantallas, como Lucida, basándose en estudios sobre la visión y la lectura. Hoy en día, lectores y lectoras esperamos encontrar letras de palo seco en Internet y fuentes con remate en libros y otros materiales impresos. Estas expectativas nos condicionan a ser más receptivos a una u otra forma, lo que influye en nuestra comprensión lectora. Según la revisión de la investigación sobre legibilidad de los tipos de letras llevada a cabo por Journal of Vision Impairment and Blindness en 2007, los lectores y lectoras con problemas de visión tienden a preferir las letras de palo seco, aunque la velocidad de lectura no se vea realmente afectada. Considera la posibilidad de elegir un tipo de letra de palo seco para tu sitio web o aplicación para satisfacer las expectativas de tu público.
  2. Ojo medio. El ojo medio es la distancia entre la línea base y la línea media de una letra minúscula, y crea una impresión visual del tamaño de un tipo de letra. Por lo general, cuanto mayor sea el ojo medio, más legible será la fuente.
  3. Tamaño. El tamaño es el aspecto más importante y evidente que influye en la legibilidad. A todo el mundo le resulta más fácil leer una fuente más grande.
  4. Apertura. Las pequeñas aberturas en letras como la «e» o la «a» minúsculas permiten que la luz del exterior y del interior de la letra se mezclen. La repetición de estas aberturas a lo largo de una frase o párrafo tiene un profundo impacto en la legibilidad. Los tipos de letras modernas suelen tener aberturas más pequeñas, lo que puede dificultar la diferenciación de las formas de las letras y provocar errores de lectura. Intenta leer algunas frases escritas en las fuentes que hayas elegido en el ordenador y en el teléfono para asegurarte de que, al leerlas, no confundes las palabras ni tienes que releer frases. Si eso ocurre, plantéate la posibilidad de recurrir a una fuente con aperturas más pronunciadas para tu sitio web o aplicación.
  5. Espaciado. Un espaciado demasiado estrecho o demasiado amplio puede dificultar la legibilidad. Encuentra el espaciado perfecto leyendo un par de frases y fijándote en cómo se mueven tus ojos por el texto.
  6. Grosor. El grosor de una fuente se refiere al peso de las letras. La mayoría de usuarios y usuarias espera que el texto tenga un grosor normal (que no sea negrita ni fino). Las letras con un peso mayor pueden resultar ambiguas, por lo que debes elegir con cautela.
  7. Ancho. Los tipos más comprimidos o más anchos de lo esperado dificultan la lectura de textos largos o cansan más a quien los lee. Utiliza anchos normales, especialmente para textos densos.
  8. Inclinación. A medida que la popularidad de la cursiva ha ido decayendo, los lectores y lectoras se han acostumbrado a las fuentes rectas. Como resultado, las perciben como más legibles que las cursivas.
  9. Mayúsculas y minúsculas. Aunque el texto en mayúsculas parece más grande, tiende a ser menos legible, ya que las mayúsculas se confunden más fácilmente entre sí.

Todos los ingredientes anteriores contribuyen a la legibilidad de la forma inherente de un tipo de letra. Dicho esto, la legibilidad también se ve afectada por la manera en que se utiliza el tipo, por ejemplo, en cuanto a lo siguiente:

  1. Color. El color puede transmitir personalidad o un estado de ánimo, pero también puede afectar negativamente a la legibilidad. Cuando elijas el color del texto y del fondo de tu sitio web o aplicación, no olvides que el daltonismo afecta hasta al 8 % de los hombres y al 0,5 % de las mujeres en todo el mundo. Asegúrate de que tus opciones sean accesibles para las personas daltónicas.
  2. Contraste. En relación con el color, el contraste se refiere a la diferencia de brillo entre el texto en primer plano y los colores de fondo. El contraste más legible es el texto negro sobre fondo blanco.
  3. Polaridad. En el contexto de la tipografía, la polaridad positiva se refiere al texto negro sobre fondo blanco, mientras que la polaridad negativa se refiere al texto blanco sobre fondo negro. Invertir el estilo tradicional de texto negro sobre fondo blanco (también conocido como «modo oscuro») puede suponer un descanso para el ojo humano, normalmente expuesto a mucha luz, pero no hace que el texto sea más legible. Según un estudio de 2017 publicado en la revista Applied Ergonomics, a diferencia de lo que se suele creer, la polaridad positiva es más legible en las pantallas.
  4. Interlineado. El espacio entre líneas, o interlineado, afecta a la experiencia del lector o la lectora. El interlineado reducido es menos legible, pero un interlineado demasiado amplio puede provocar que un mismo pensamiento se divida en dos líneas, lo que puede ser todavía peor. La clave es encontrar el equilibrio adecuado para que el interlineado pueda transmitir con fluidez una idea completa.
  5. Medida. La longitud de una línea se llama medida. Busca el equilibrio entre líneas demasiado largas (y que, por tanto, cansan al lector o lectora) y líneas demasiado cortas, que pueden cortar el mensaje y limitar la comprensión.

Hay muchos factores que intervienen en la legibilidad. Si centrarte en los detalles te resulta abrumador, vuelve a lo básico. Teclea unas cuantas frases en las fuentes que te gusten (en los tamaños, grosores, colores, etc. que estés considerando para tu sitio web o aplicación) y lee el texto en tus dispositivos para comprobar la fluidez de la experiencia. Si algo no te cuadra, consulta esta guía para identificar el motivo. A continuación, prueba con una fuente o un diseño diferentes para solucionar esos problemas.

Coherencia en todos los medios y soportes.

Si tu tipo de letra es tu representante, piensa en lo siguiente: ¿no sería chocante que tuviera un aspecto completamente distinto (color de pelo y de ojos, estilo, voz y conducta diferentes) según el contexto? Naturalmente, lo que sí que sería aceptable es que vistiera de forma diferente según la ocasión. Del mismo modo, el esquema de tipos de letras que utilices debe mantener una coherencia sólida, pero ser lo suficientemente flexible para adaptarse a cada ocasión. Por ejemplo, quizás quieras utilizar una fuente para tus materiales impresos y otra para tu sitio web. Siempre que haya un hilo conductor y que se utilicen con criterio, aportar un poco de variedad es adecuado. Ahora bien, no combines una letra de palo seco simple con una letra repleta de florituras o tu marca se parecerá al Dr. Jekyll y Mr. Hyde.

Rendimiento.

Trata las fuentes como cualquier otro componente de diseño con licencia. Si tu marca necesita una nueva herramienta de edición creativa, es muy probable que un equipo multifuncional deba emprender un proceso riguroso de búsqueda y evaluación para garantizar que la seleccionada tiene todas las funcionalidades y la calidad esperadas. Debes seguir el mismo proceso para las fuentes. Al fin y al cabo, las fuentes no dejan de ser software.

Vida útil.

La vida útil del tipo de letra es un componente tan importante del rendimiento que merece la pena analizarlo por separado. Evita problemas futuros de renovación de la marca y asegúrate de que la fuente que eliges incluye todos los idiomas y caracteres que necesitas hoy, pero también aquellos que puedas necesitar más adelante. Las fundiciones tipográficas consolidadas y célebres por dar respuesta a problemas técnicos, peticiones de caracteres personalizados y otras solicitudes de asistencia tienen más probabilidades de garantizar que sus fuentes funcionen sin problemas en los entornos web y de aplicaciones más recientes.

Ahora, contrata a tu representante.

Al igual que tu representante ideal, la fuente que elijas para tu nuevo sitio web o aplicación debe tener la voz y la presencia adecuadas para representar con precisión tu marca (con algunos ajustes, como un cambio de atuendo). Tu representante debe cumplir unos requisitos específicos en cuanto a rendimiento y comprometerse plenamente a representar a tu marca en los espacios digitales durante años. Encontrar la fuente representativa adecuada para tu sitio web o aplicación puede no ser una tarea rápida ni fácil, pero el proceso de descubrimiento puede ser divertido si lo abordas desde la curiosidad, así que disfruta del camino.

Las cuatro cuestiones más importantes a la hora de elegir una fuente para un nuevo sitio web o aplicación.
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Agency, Branding, Functional