Buena tipo: 3.ª parte. Una buena tipografía se deja leer.

Transmitir un mensaje con claridad implica utilizar un tipo de letra que sea fácil de leer. En esta entrega de la serie Buena tipo se exploran los factores que influyen en la facilidad de lectura.

Buena tipo: 1.ª parte. Una buena tipografía respeta a sus mayores.

En esta primera entrega de la serie Buena tipo, analizamos los rasgos y estilos que vuelven una y otra vez, plasmados en las fuentes que se crean o que se recuperan.

Descubre cómo mejora Monotype la experiencia de conducción.

Los consumidores exigen una conectividad cada vez mayor en los vehículos y priorizan la tecnología que mejora la experiencia de conducción.

La nueva fuente personalizada de Monotype para Santander.

Juan Erquicia, responsable de marca del grupo Santander, habla de los obstáculos con los que tuvo que lidiar la empresa a la hora de rediseñar su identidad de marca y de cómo una fuente personalizada de Monotype les ayudó a superarlos.

Charles Nix cuenta la historia de Helvetica Now.

Helvetica® es quizá el tipo de letra más conocida de todos los tiempos, y ha servido de inspiración a profesionales del diseño de distintas generaciones en todo el mundo. Hace poco, el equipo de Monotype Studio lanzó Helvetica® Now, un rediseño disponible en tres tamaños ópticos: Micro, Text y Display. Todos los caracteres se han vuelto a diseñar y adaptar, y se ha incluido una gama de alternativas útiles.

Buena tipo: 5.ª parte. Una buena tipografía tiene familia.

Un buen sistema tipográfico es como una familia y, al igual que las personas, se presenta en una gran variedad de formas y tamaños, lo que permite satisfacer una amplia gama de requisitos de diseño.

Buena tipo: 2.ª parte. Una buena tipografía tiene voz.

Si las fuentes pudieran hablar, ¿qué dirían? En la segunda entrega de nuestra serie Buena tipo se examina cómo influyen las fuentes que elegimos en la imagen de nuestra marca.

Buena tipo: 4.ª parte. Una buena tipografía va por su cuenta.

En lo que respecta a las fuentes display, hay más margen para experimentar. No solo con la tipografía en sí, sino también con las expectativas de las personas.